Capitulo 38

John continuaba gritando como un idiota, no era de esperarse. John era un idiota.

Te sentías tan feliz que estabas dispuesta a reír y no golpear a John esta vez. George solo miraba el piso cuando llego Paul y choco con John.

John continuo gritando y corriendo por la casa.

Paul te miro a los ojos.

Le mantuviste la mirada por unos segundos y decidiste irte a tu habitación.

Desordenada, como de costumbre, ibas con cuidado de no pisar tus cosas, lanzabas la ropa sucia hacia donde cayera y te tumbaste en la cama pensando en todo lo que había pasado ese día.

Ya no escuchabas gritar a John, era una lastima, el era el único que te podía hacer reír. Deseaste con todas tus fuerzas que llegara a molestarte. Seguías sumida en tus pensamientos cuando alguien toco tu puerta.

Te levantaste a abrir, y viste a ese chico.

Mary: Paul, que quieres? –dijiste tratando de parecer indiferente, te ponía nerviosa el hecho de que estuviera cerca de ti.

Paul no dijo nada y entro a tu habitación. –veo que sigues siendo igual de desordenada –dijo mirando alrededor.

Mary: Supongo que si… que haces aquí?

Paul: ¿Qué no es obvio?

Comenzó a acercarse

Mary: no, no sé –dijiste con la cabeza gacha-

Paul: -te tomó del mentón- tu sabes lo que quiero

Mary: No Paul… no sé –le quitaste la mano de ahí- Vete, no quier-

Paul: Hey tranquila –te interrumpió-

Paul fue hacia la puerta y la cerró con pestillo. Tenías miedo…

Mary: Paul, por favor, abre.

Paul: -se acercó nuevamente- Mary… ¿aún no lo entiendes?

Puso sus manos en la pared dejándote al medio, te agarró de la cintura y te apegó más a su cuerpo.

Narra Mary.

Paul se acerco a mi y me beso. ¿Era de esperarse? Quizás.

Yo no movía ningún músculo mientras el trataba de meter su lengua en mi boca.

Se separo de mi y me dijo –bésame

Mary: No

Paul: Bésame

Mary: Que no!

Paul: Lo harás igual, no te resistirás

Me abrazo y comenzó a acariciar mi espalda y mi cabello, tenia su cabeza escondida en mi cuello, mientras lo besaba.

De maneras que no quiero relatar, ya nos estábamos besando.

Y como buen conejo, me iba acercando a mi cama.

Y ocurrió lo que temía, empezamos a hacer el amor… no, no fue amor, solo fue… sexo.

Paul se levanto y comenzó a vestirse, luego salio por la puerta.

Rápidamente me vestí con algo mas ligero y comencé a llorar.

El bajista tenia razón, era un simple puta, cuantas ganas de correrlo de mi casa y darle con una pistola en la cabeza.

Recordé a Dave y todo lo que había pasado, corrí a mi armario y saque la vela que me había regalado antes de marcharse.

La prendí de alguna manera y pude sentir el calor de Dave otra vez, las lagrimas continuaban brotando cuando oí pasos acercándose.

Mary: …Dave?